viernes, 10 de octubre de 2014

HOMBRE Y TECNOLOGÍA GLOBALIZADOS, VERDUGOS DEL MEDIO AMBIENTE

HOMBRE Y TECNOLOGÍA GLOBALIZADOS, VERDUGOS DEL MEDIO AMBIENTE



Es formidable el mundo en el que vivimos: contamos con medios de transporte de nos llevan en corto tiempo a lugares que antes se encontraban tan alejados que demorábamos días o meses de camino para llegar a él; nos comunicamos con nuestros semejantes de manera inmediata, la espera interminable de noticias ha desaparecido; el acceso a la información está a un “clic” de distancia; poseemos un sinfín de adelantos tecnológicos que nos hacen pronto el existir ¡Tenemos la vida solucionada! Pero… ¿nos hemos detenido a pensar por un momento el costo de solucionar la vida moderna? Pensaríamos que no.

El precio que pagamos por vivir “mejor” es alto y nuestro medio ambiente ha empezado a pasar la cuenta de cobro. El impacto de la actividad humana sobre el entorno es evidente, las emisiones de CO2 de las fábricas que nos abastecen de la tecnología contemporánea, la contaminación que producen nuestros medios de comunicación y transporte, la deforestación de selvas y bosques (productores del oxígeno que respiramos), sumada a la falta de cultura, interés e inversión sobre la producción de desperdicios y residuos, ha transformado de manera significativa el orbe en que vivimos. Los fenómenos climáticos, las grandes sequías y las inundaciones sin control han ocasionado la mayor pérdida de especies de fauna y flora comparables con la extinción de los dinosaurios, la calidad del aire, la aparición de nuevas enfermedades, el estrés en el que vivimos dan cuenta de ello.

Existimos en una época donde el consumo es superior a lo que el planeta nos ofrece, ha cambiado el medio ambiente, somos el “verdugo” de nuestro vivir. No hay que ir muy lejos, Colombia es testigo de estos sucesos, recordemos bien hechos como la mortandad del Casanare o los efectos de la explotación minera en nuestro país, todo en medio de las famosas políticas del “desarrollo sostenible” y de la complacencia corrupta e indigna de los gobiernos de turno.



Este afán mercantilista ha transformado el paisaje, la globalización de la sociedad se ha apoderado del territorio, lo ha invadido de manera tal que solo es importante el producir, ese afán de poder se está llevando por delante a la tierra, el hombre con su sed de consumir se ha convertido en “carnicero” del planeta.



Nuestra intención no es la de satanizar los adelantos tecnológicos, los medios de transporte o la agilidad en la información, nuestra intención es la de hacer real lo evidente, estamos acabando con nosotros mismos, es hora de enfrentar la situación partiendo por nuestro comportamiento particular.


TENEMOS QUE SALVAR EL PLANETA, ES UNA CARRERA CONTRA EL TIEMPO…

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