HOMBRE Y TECNOLOGÍA
GLOBALIZADOS, VERDUGOS DEL MEDIO AMBIENTE
Es
formidable el mundo en el que vivimos: contamos con medios de transporte de nos
llevan en corto tiempo a lugares que antes se encontraban tan alejados que demorábamos
días o meses de camino para llegar a él; nos comunicamos con nuestros
semejantes de manera inmediata, la espera interminable de noticias ha
desaparecido; el acceso a la información está a un “clic” de distancia; poseemos
un sinfín de adelantos tecnológicos que nos hacen pronto el existir ¡Tenemos la
vida solucionada! Pero… ¿nos hemos detenido a pensar por un momento el costo de
solucionar la vida moderna? Pensaríamos que no.
El
precio que pagamos por vivir “mejor” es alto y nuestro medio ambiente ha
empezado a pasar la cuenta de cobro. El impacto de la actividad humana sobre el
entorno es evidente, las emisiones de CO2 de las fábricas que nos abastecen de
la tecnología contemporánea, la contaminación que producen nuestros medios de
comunicación y transporte, la deforestación de selvas y bosques (productores
del oxígeno que respiramos), sumada a la falta de cultura, interés e inversión sobre
la producción de desperdicios y residuos, ha transformado de manera
significativa el orbe en que vivimos. Los fenómenos climáticos, las grandes sequías y las inundaciones sin control han ocasionado la mayor pérdida de
especies de fauna y flora comparables con la extinción de los dinosaurios, la
calidad del aire, la aparición de nuevas enfermedades, el estrés en el que
vivimos dan cuenta de ello.
Existimos
en una época donde el consumo es superior a lo que el planeta nos ofrece, ha
cambiado el medio ambiente, somos el “verdugo” de nuestro vivir. No hay que ir
muy lejos, Colombia es testigo de estos sucesos, recordemos bien hechos como la
mortandad del Casanare o los efectos de la explotación minera en nuestro país,
todo en medio de las famosas políticas del “desarrollo sostenible” y de la
complacencia corrupta e indigna de los gobiernos de turno.
Este
afán mercantilista ha transformado el paisaje, la globalización de la sociedad
se ha apoderado del territorio, lo ha invadido de manera tal que solo es importante
el producir, ese afán de poder se está llevando por delante a la tierra, el
hombre con su sed de consumir se ha convertido en “carnicero” del planeta.
Nuestra
intención no es la de satanizar los adelantos tecnológicos, los medios de
transporte o la agilidad en la información, nuestra intención es la de hacer
real lo evidente, estamos acabando con nosotros mismos, es hora de enfrentar la
situación partiendo por nuestro comportamiento particular.
TENEMOS
QUE SALVAR EL PLANETA, ES UNA CARRERA CONTRA EL TIEMPO…
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